Kimberlin Riveros y su esposo Rubén Ojeda llegaron a Cúcuta hace 3 años, con el objetivo de tener una mejor calidad de vida. Ella es licenciada en enfermería de la Universidad de Los Andes y su esposo es fisioterapeuta, especialista en terapia respiratoria.
Elegimos la Perla del Norte porque ambos tenemos nacionalidad colombiana. Duramos 6 meses viviendo con unos amigos y sobrevivíamos con lo que mi esposo podía hacer de terapias, porque el trabajo aquí no abunda. Luego recordé que yo había entrenado más de 10 años nado sincronizado y fui entrenadora.
Fue así que Riveros visitó la Liga de Natación de Norte de Santander para ofrecer sus servicios y conocimientos. Para su sorpresa, no tenían ningún club que enseñara nado sincronizado. Mucho menos una entrenadora para ello.
“Al principio no me prestaron mucha atención, pero me dieron la oportunidad de empezar con 3 niñas. Asistía todos los días con mi esposo con mucha puntualidad para atenderlas”, recuerda la joven.
A ella le tocaba caminar más o menos 32 cuadras de ida y lo mismo de regreso. Solo por 10 mil pesos al día; “con eso desayunábamos, almorzábamos y cenábamos”.
Nació Sincronorte
En la liga, según cuenta esta venezolana, se dieron cuenta de su buen trabajo y la contrataron. “Meses después montamos nuestro Club de Natación Artística y se llama Club Sincronorte el único en Cúcuta que ofrece esta disciplina con mucho orgullo de Venezuela para Colombia”.
En Cúcuta y Cali, el club ha conquistado 7 medallas. “Este año fuimos a Coral Springs, en Miami, a un campeonato mundial de categorías novatas. Mis niñas obtuvieron 14 medallas”.
En la actualidad, cuentan con el apoyo del Instituto de Recreación y Deporte, la liga de natación y del Instituto Municipal para la Recreación y el Deporte. Este año junto a una empresa privada, trajeron a Cúcuta a Jacqueline Chimeneao, una atleta olímpica canadiense, quien dictó un Simoneau, que consiste en campamento de nado sincronizado actualizado de técnicas y últimas tendencias en la ciudad y también vendrán atletas de Aruba, Curazao y Panamá.
El consejo de Kimberlin para todos los migrantes en Colombia es: “Insistan y nunca se detengan. ¡Sí se puede!”.