La aporofobia significa rechazo o pánico al pobre o vulnerable. Se forma a partir de la voz griega áporos, “sin recursos” o “pobre” y fobos, “miedo”, y significa “fobia a las personas pobres o desfavorecidas”.
Muchas veces el pánico que tienen algunas personas hacia otras de diferente nacionalidad, no es por ser extranjeros, sino por su condición de pobreza.
Para que este miedo se convierta en rechazo es preciso un proceso mental que anule la compasión y la empatía, tal como explica la filósofa Adela Cortina, quien acuñó esta palabra y fue reconocida por la Real Academia Española, en el 2017.
En esta ideología, los pobres son percibidos como una amenaza y se les culpa de su propia condición.
Alba Pereira, directora de Entre Dos Tierras, fundación que asiste a migrantes venezolanos en Bucaramanga, explica que en Colombia, según su percepción, no existe xenofobia hacia el venezolano, sino casos de aporofobia, porque «no se discrimina al venezolano con recursos que vino a invertir o al profesional que está en altos cargos directivos. Cuando hay casos de discriminación es hacia ese migrante venezolano que en criollo llega con una mano adelante y otra atrás».
En tanto, la investigadora Adela Cortina asevera: «No se rechaza al extranjero, sino al extranjero pobre» y coloca un ejemplo: ¿Por qué el muro que quiere construir Donald Trump es para los mexicanos y no para los canadienses?
Debemos ver la pobreza como una situación indeseable pero superable. No como una condición permanente.