¿Un relato para decir que compré un plato siendo migrante en Colombia? Sí, puede parecer tonto… Pero tras casi 4 años en Colombia, comprar un plato «simpático» nunca resulta ser una prioridad para miles de migrantes.
Duré 3 años con seis platos plásticos que compré a 4500 en Almacenes Éxito. Rayados, quemados, derretidos, vueltos nada… Y todavía así ¡aguantaron todo!
¿Por qué no los reemplacé antes? Pues no estaban dentro de lo «básico» que es el colchón, la nevera y el ventilador (ya que vivo en tierra caliente). Más el arriendo, la comida, los servicios y las remesas. Lo demás pasa a ser un lujo cuando eres un migrante en Colombia
Y por fin me di ese lujo para estrenarlos con parte de mi familia que ya está conmigo. De ahora en adelante recordaré momentos en Venezuela, sentada con mi familia en la mesa disfrutando la comida favorita de cada uno.