Es difícil. Lo más difícil que he vivido como venezolano en EEUU. Teníamos 8 años casados, dos niños, sentía que había amor, ese que fue tan fuerte para lograr juntos terminar nuestras carreras, tener una casita propia. Pero en EEUU todo se voltió. Nos divorciamos.
Como todo, no éramos el matrimonio perfecto pero… (hace una sentida pausa), hace 5 meses nos divorciamos después del primer año como migrantes venezolanos en la Florida, Estados Unidos. No es para nada fácil’
¿Qué nos pasó? Esa es la pregunta que todavía me hago. Ella se quedó con los niños, pero seguimos compartiendo su crianza. Yo los busco para llevarlos al colegio y mi exesposa los recoge.
No nos separamos por terceras personas. No pudimos como pareja recomenzar una nueva vida en los Estados Unidos.
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La necesaria comunicación
Quizás estén pensando, ‘¿pa’ qué nos cuenta?’, pero si algo nos faltó intentar fue hablar, buscar ayuda. No pudimos con la presión. Peleábamos hasta por tonterías y nuestros niños se daban cuenta. Si están pasando por algo parecido, ¡busquen ayuda profesional!
Al emigrar he visto que muchas parejas se unen más, otras se separan por infidelidad, y, en nuestro caso, siento que no supimos manejar la presión como migrantes.
Venezolanos con nuevo perfil
Ya yo no era el ingeniero de Maracaibo sino el taxista de Miami. Ella dejó de ser la maestra para trabajar en un restaurante. No necesito, ni quiero dar mis razones, pero si están pasando por algo parecido: ¡Hablen a tiempo!
Nadie tiene todas las respuestas. Lamento lo que nos pasó. Olvidamos que nos amábamos para enfocarnos negativamente en nuestra nueva vida. Eso nos pasó.
¿Cómo procede un divorcio en el extranjero?
Según estipula el Código Civil venezolano en su artículo 185-A, los cónyuges que vivan en el extranjero y estén separados por una ruptura superior a cinco (5) años, no tienen necesidad de trasladarse a Venezuela para acudir a los tribunales competentes por la materia.
Siempre y cuando sea de mutuo acuerdo deberán acudir a cualquier Embajada o Consulado en el extranjero, a los fines de proceder a realizar un poder al abogado de su confianza en Venezuela, para que solicite el respectivo divorcio.
Lo más recomendables para que el proceso fluya de mejor manera es que el proceso de divorcio se hagan con un mismo abogado para evitar controversias innecesarias, de esta manera ese entregaría un solo poder certificado por la Embajada o Consulado de Venezuela en el exterior.
En el caso de que no se pueda cumplir con ese escenario ideal y cada uno prefiera abogados por separados, es importante que entonces el poder otorgado tenga los mismos parámetros (previo acuerdo), para evitar así alguna contradicción entre los poderes interpuesto por cada apoderado judicial.
Familias venezolanas separadas
Hasta el momento no hay registro oficial sobre el número de divorcios de parejas venezolanas que luego de migrar ven perjudicado su matrimonio. Muchas de estas parejas deciden tomar caminos diferentes pero no asisten a las instancias legales respectivas o consulares para poder hacer efectiva su separación.
Entre las causas están diferentes factores que hacen engorroso encausar un divorcio fuera de Venezuela: el tiempo mínimo de separación (la ruptura de la vida común debe superar los 5 años), disposicón de ambas partes de seguir la vía de la separación y comparecer en cada citación, y a esto hay que sumarle que muchas parejas migran en condiciones ilegales, por lo que no ven viable acudir a las autoridades o por vías legales que puedan poner en riesgo su permanencia.
Ninos venezolanos con un solo padre
Las cifras más recientes que evidencias la ruptura de familias compuesto por migrantes venezolanos, las recoge el Centro Comunitario de Aprendizaje (Cecodap), una organización dedicada a la defensa de los Derechos Humanos de niños y adolescentes de Venezuela.
Según la organización, se registran a la fecha 943.117 niños venezolanos que han visto como, al menos, uno de sus padres deja el hogar para migrar a otro país. “Uno de cada cinco migrantes deja por lo menos un niño atrás”, destacóó Abel Saraiba, coordinador de Cecodap.
Al cierre de octubre de 2019, se han registrado al menos 81.000 niños más que viven con uno de sus padres o con algún familiar, lo que representa un incremento de casi 10% en comparación al año 2018.